jueves, 19 de febrero de 2015

ELEMENTOS DE SEGURIDAD ACTIVA: SEÑALIZACIÓN VERTICAL.

Fuente: www.macaronesiasport.com


Ya sea vertical, horizontal en forma de marcas viales o de balizamiento, la señalización forma parte del conjunto de elementos colocados o instalados en vías urbanas y carreteras destinados, fundamentalmente, a informar, ordenar y hacer más segura la circulación. Su misión es la de advertir e informar a los conductores, ordenar o reglamentar su comportamiento, con la necesaria antelación, de determinadas circunstancias de la vía o de la circulación que supongan una alteración.

También desempeña un papel muy importante en la calidad y efectividad de la transmisión de la información necesaria para orientar al conductor en su circulación por las vías, al ser el único sistema de guía visual capaz de adaptarse a las distintas y cambiantes situaciones que el tráfico plantea.

La eficacia de las señales de circulación ha de ser valorada por su capacidad de transmitir información, tanto de día como de noche, y en cualquier situación y por su efecto positivo sobre los índices de siniestralidad y seguridad.

Para que las señales cumplan su misión, deben ser:

Fáciles de entender
La señalización debe ser fácil y rápidamente entendida para que el conductor pueda seguir sus indicaciones, sin poner en peligro su seguridad ni la de los restantes usuarios de la vía. Las señales han de comunicar de forma simple un mensaje fácil de entender.

Legibles
Las señales deben ser de fácil y rápida lectura para que el conductor las pueda interpretar con un golpe de vista, tanto de día como de noche. El idioma de las inscripciones de texto figurarán en castellano y además en la lengua oficial de la Comunidad Autónoma donde se encuentren cuando la señal esté ubicada en su ámbito territorial. Los núcleos de población y demás topónimos serán designados en su denominación oficial y cuando fuese necesario, a efectos de identificación, en castellano.

Visibles
Las señales deben ser, tanto de día como de noche, claramente visibles por el conductor para que pueda percibirlas e interpretarlas de un vistazo, tanto más si se desplaza a gran velocidad. Por lo que a visibilidad se refiere, el Reglamento General de Circulación establece que:

“Con el fin de que sean más visibles y legibles por la noche, las señales viales, especialmente las de advertencia de peligro y las de reglamentación, deben estar iluminadas o provistas de materiales o dispositivos reflectantes, según lo dispuesto en la regulación básica establecida a estos fines por el Ministerio de Fomento. El tamaño, forma y color de las señales y sus pictogramas, así como su capacidad de trasmisión de los mensajes durante la noche, ya sea como consecuencia de su iluminación o por el empleo de materiales retroreflectantes, influyen de manera muy importante en la eficacia de la señalización y en la seguridad”.

Creíbles

Las señales deben informar adecuadamente de una determinada situación y responder a las necesidades o exigencias de comportamiento que la vía demanda al conductor. De no ser así, las señales terminan por desprestigiarse ante el conductor.



Deben cumplir las normas y especificaciones que se establecen en el Reglamento General de Circulación y en el Catálogo Oficial de Señales de Circulación. Este último, a su vez, debe ajustarse a lo establecido en las reglamentaciones y recomendaciones internacionales en materia de tráfico, así como la regulación de los Ministerios de Interior y Fomento.

En este catálogo se establecen las formas, colores diseños y significados de las señales, así como las dimensiones. Por ejemplo, en cuanto a la tipografía de las letras, es interesante conocer que las letras minúsculas se leen más fácilmente que las mayúsculas, pues tienen una silueta más reconocible. Por lo tanto, el Ministerio de Fomento utiliza el formato de letra minúscula y establece los tamaños de estas, dejando el uso de palabras en mayúsculas para cuando quiere dar mayor importancia a algunas palabras sobre otras.

Para cumplir el papel de comunicación de las señales, se deben colocar de manera que se puedan reconocer a tiempo; para ello, juega un papel fundamental el lugar donde se ubican y el tamaño, ya que no es el mismo tiempo el utilizado para reconocerla en autopistas que el requerido en una vía urbana. Si en una autopista se quiere advertir de un límite de velocidad, el tamaño de la señal debe ser mucho mayor que en vía urbana, para que el usuario la vea con suficiente tiempo de antelación. Sin embargo, en vías urbanas, aunque su tamaño pueda ser menor, su ubicación ha de ser estudiada con más detalle para que no entorpezca a otros usuarios como los peatones.

El criterio general para la colocación será el lado de la vía correspondiente al de la circulación, debiendo repetirse cuando la calzada sea de un solo sentido de circulación o cuando las condiciones del lugar sean tales que se corra el riesgo de que no sea distinguida a tiempo por los conductores a quienes se dirija. En cuanto al tamaño, encontramos varios tamaños adaptados a las vías por sus velocidades. Las señales pequeñas, además de ser usadas cuando la velocidad de la vía sea muy baja, también se pueden utilizar para repetir una señal anterior.

Fuente: www.lineaprevencion.com



El campo visual de un conductor estará limitado por las condiciones de la cabina. Con todo, no es conveniente que el conductor se vea forzado a realizar amplios movimientos de cabeza para obtener informaciones importantes.

Al estudiar la visibilidad de las señales, hay que tener también en cuenta la diferente sensibilidad del ojo humano a los colores, siendo mayor para el amarillo y el verde que para otros colores. La combinación de colores de distinta sensibilidad produce fuertes contrastes que se perciben mejor.



www.aluanainfraestructuras.com










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