miércoles, 11 de marzo de 2015

AUDITORÍAS DE SEGURIDAD VIAL EN CARRETERAS ABIERTAS AL TRÁFICO

Fuente: www.europapress.es


En ocasiones, la red de carreteras abierta al tráfico cuenta con una existencia de muchos años y con problemas básicos: se diseñaron cuando los criterios de seguridad no eran tan rigurosos como en el proceso de diseño actual y el volumen de tráfico y su composición ha evolucionado sustancialmente durante los años; además, los programas de mantenimiento no siempre tienen en cuenta la seguridad de la mejor manera posible. A continuación, se enumeran un conjunto de razones por las que se justifica la aplicación de una ASV:

- Los usos de una determinada vía pueden cambiar con el tiempo, así como los usos de los terrenos colindantes a la carretera, lo que introduce cambios en la propia vía.

- Adelantarse a los efectos de los cambios sobre la seguridad antes de que estos deriven en accidentes.

- El entorno evoluciona, no solo en el ámbito urbano, sino también en el rural, donde la vegetación y el paisaje están sujetos a un continuo cambio.

- Incorporar las novedades que se deriven de nuevas experiencias en materia de seguridad vial.

- Comprobar la consistencia de las características de la vía.

- El equipamiento envejece: retroreflexión, coloración o visibilidad son parámetros que se van degenerando con el tiempo.

- El equipamiento se deteriora: se debe comprobar su estado de conservación y su influencia en la seguridad.

- Es necesario prestar una atención específica a la seguridad de la circulación, superando los planteamientos basados en operaciones rutinarias de mantenimiento.

- Rentabilidad económica.

- Permite detectar los aspectos peligrosos obvios.

El proceso a seguir para la realización de ASV en carreteras en servicio es muy parecido al de ASV en carreteras nuevas, si bien es necesario destacar que la realización de un exhaustivo trabajo de campo cobra una importancia fundamental en este caso.

El objetivo es identificar y resolver aspectos de riesgo en la carretera, tratando de investigar cómo los diferentes tipos de usuarios perciben la carretera y su entorno.

La situación ideal sería que las condiciones de seguridad de la red de carreteras se revisaran regularmente. Sin embargo, las limitaciones presupuestarias y temporales hacen que esto sea inviable en la mayor parte de los casos, por lo que suelen establecerse prioridades para asegurar, en la medida de lo posible, la máxima reducción de los accidentes.

En una primera etapa para la implantación de ASV en carreteras en servicio, sería recomendable realizar auditorías piloto sobre carreteras de distinto tipo (por ejemplo, autopista, autovía, carretera convencional, vía urbana, etc.) de manera que pudieran obtenerse conclusiones en situaciones diferentes que pudieran cubrir la totalidad de la red de carreteras.

El equipo auditor debe garantizar su capacidad para la realización de ASV y su independencia respecto al equipo responsable del diseño y el mantenimiento de la vía. En particular, es interesante que el equipo auditor esté compuesto por un experto en seguridad vial, un experto en gestión de tráfico y un experto en diseño de carreteras.

Se realizará un análisis preliminar de los datos de tráfico, accidentes y características de la vía, ya que resultará muy recomendable. Es posible que los datos no sean todo lo detallados que se desea, pero su análisis supone un buen punto de partida.

El análisis de accidentes puede proporcionar ideas acerca de la relación entre estos y posibles problemas en la infraestructura. Sin embargo, las estadísticas de accidentes no deben ser consideradas como la única referencia para identificar deficiencias en la infraestructura. Se deben identificar todos los aspectos que puedan motivar un accidente o agravar sus consecuencias, independientemente de que haya tenido lugar algún accidente relacionado con ellos.

Fuente: asturgalicia.net


La inspección de la vía constituye uno de los puntos clave; debe ser realizado durante el día y durante la noche y a bordo de diferentes vehículos. Asimismo, se debe recorrer la vía a diferentes velocidades e incluso a pie, para evitar pasar por alto algún aspecto importante.

Las intersecciones, los enlaces y otros puntos singulares deberán ser objeto de un análisis independiente. La utilización de vídeos y fotos es muy útil tanto para la discusión como para la elaboración del informe de auditoría.

El trabajo de campo no debe limitarse exclusivamente a la carretera sobre la que se está realizando la ASV, sino que debe extenderse a la red adyacente, para comprobar la interacción entre diferentes vías, así como al entorno de la carretera, que puede tener impacto en la vía y en los usuarios.

A continuación, se identificarán potenciales escenarios de accidentes. Cada miembro del equipo auditor elabora independientemente una lista de los problemas de seguridad identificados. Finalmente, el equipo auditor realiza recomendaciones para la solución de los problemas identificados, sin que sea necesario especificar detalles técnicos.

A la hora de implantar medidas de mejora a los problemas identificados, aparecen problemas de restricciones presupuestarias; por ello, suele ser necesario establecer prioridades, para lo que frecuentemente se utilizan los análisis de riesgos, bien considerando las estadísticas disponibles de otros casos o realizando una predicción de la frecuencia y gravedad de los accidentes que potencialmente pueden ocurrir de manera asociada al problema que se ha identificado.

El informe de auditoría se suele elaborar en formato problema-recomendación, donde el problema se describe en términos de riesgo de accidente para un tipo de usuario y la recomendación es una medida a aplicar para solucionarlo.

El informe de respuesta a la auditoría debe esbozar las medidas que se van a tomar para solucionar los problemas de seguridad identificados. El cliente puede no aceptar que el problema existe (en cuyo caso se debe justificar), aceptar la existencia del problema pero no estar de acuerdo en la recomendación (en cuyo caso se debe justificar la implantación de otra medida o la implantación en el futuro debido a problemas presupuestarios) o aceptar la recomendación del equipo auditor e implantarla.

Finalmente aclarar que es preciso realizar un seguimiento del funcionamiento de las medidas implantadas, preferiblemente tras un año, tres años después de la implantación y cinco años después. La situación ideal sería realizar una nueva auditoría pasados cinco años.





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